El objetivo de la aplicación del examen del Centro Nacional de Evaluación para la Educación (Ceneval) es estandarizar los programas educativos de acuerdo con las necesidades laborales del sector empresarial en México y Estados Unidos, indicaron Hugo Aboites (HA), catedrático de la UAM-Azcapotzalco y Carlos Fazio (CF), profesor de la UNAM y colaborador de La Jornada.
Enfatizaron la necesidad de analizar los intereses y objetivos de los programas de evaluación y acreditación, de instituciones de educación superior y universidades públicas del país.
Indicaron que la prueba PISA 2003, cuyos resultados se publicaron el lunes, busca delinear los conocimientos de los estudiantes mexicanos teniendo como base la educación estadunidense, por lo que los razonamientos matemáticos y las pruebas de lectura no están contextualizadas con el nivel educativo de las entidades federativas.
¿Qué hay detrás del Ceneval?
HA. Existen múltiples factores, uno de ellos es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que impulsa a México a adoptar una estructura educativa semejante a la de Estados Unidos, además está el interés de las administraciones federales de tomar un atajo a la calidad, que consiste en evaluar de manera estricta a los jóvenes.
CF. La evaluación trata de imponer un modelo estricto de educación, pero sin las condiciones de apoyo de recursos y mejoramiento de la calidad educativa. Se trata de un programa cercano al Gestalt, programa de formación alemán anterior al nazismo.
¿Por qué en este sexenio han proliferado los procesos de evaluación, acreditación y certificación de los planes de estudio de las universidades públicas?
HA. Los procesos de evaluación nacen a partir de 1989 con la creación de la Coordinación Nacional de Planeación para la Educación Superior (Conaeva), después con los Comités Interinstitucionales de Evaluación de la Educación Superior (CIEES) en 1990, y el Ceneval en 1994. La evaluación tiene muchas ventajas para un gobierno que busca invertir bajo esquemas empresariales en la educación. El Ceneval en 10 años ha aplicado 14.4 millones de exámenes lo que le ha reportado una ganancia de 2 mil 900 millones de pesos, por lo que la medición de la calidad es una próspera industria.
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