martes, 26 de febrero de 2008

La historia de un molestro ceneval

La educación formal en México tiene graves deficiencias, según nos han señalado organismos interna-cionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que siste-máticamente evalúa resultados de la educación, la ciencia y la tecnología en los países que agrupa. Los resultados de nuestro país son verdaderamente catastróficos: van de lo muy mediocre a lo pésimo. Si bien es cierto que la cobertura educativa está aumentando en México, los educandos, en promedio, salen sabiendo menos de lo que deberían saber. La cantidad no es contrapeso de la calidad.Puede objetarse que la evaluación externa es incompleta pues no considera peculiaridades nacionales, variaciones regionales y de sistemas educativos, y quizá pasa por alto aspectos de la educación que son importantes para el país. La mejor evaluación es la que nosotros podamos hacer, a condición de hacerla bien, de manera independiente y sin ceder a presiones de sectores interesados en distorsionar la realidad acomodando los resultados a sus intereses. Desde 1994 se hace en México un diagnóstico propio y ahora extenso de la calidad de la educación media, la media superior y la superior, el cual se basa en los resultados de exámenes practicados a los egresados, tanto de las instituciones públicas como de las privadas. Esto lleva necesariamente a una evaluación comparativa interna. El examen y el análisis de los resultados son obra de un grupo de expertos en el Centro Nacional de Evaluación (CENEVAL), asociación civil independiente y autosuficiente en sus finanzas. El CENEVAL se inicia bajo la dirección del Mtro. Antonio Gago, nombrado por la Asamblea General del centro, la cual atiende a las sugerencias de un consejo directivo del cual forma parte el titular de la SEP. El Mtro. Gago fue reelecto en 1998, y al concluir sus responsabilidades en 2002 se nombró director al Dr. Salvador Malo. Gago es ahora asesor del secretario Tamez. Partiendo del impulso inicial dado por Gago durante ocho años, quien hubo de vencer inercias, el CENEVAL ha realizado durante el último cuatrienio tantos exámenes como en los dos cuatrienios anteriores. Las finanzas crecen y quizá el CENEVAL se ha hecho apetecible.El Dr. Malo está dispuesto a continuar y completar la tarea, pero corrieron rumores de que alguien no lo quiere ocupando el cargo. ¿Quién podría ser? Cuando el río suena, agua lleva, y Malo se encargó de darle validez al dicho. El agua arrasadora viene de la SEP. Haciendo caso omiso, Malo no renuncia a su candidatura. Si lo han de sustituir a contrapelo, que lo haga la Asamblea General del CENEVAL, único órgano que puede hacerlo. Sin embargo, los dados ya están cargados. Cargadísimos. El Consejo Directivo encabezado por Reyes Tamez ya ha fallado en contra de Salvador Malo. Como no se trata de una renuncia, la asamblea general de lo que es un organismo civil, tendrá que dar cuenta pública de las razones que justificarían la sustitución, que en principio resultaría extraña debido al excelente desempeño de Malo y a que su predecesor fue reelecto. Por otra parte, el CENEVAL fue auditado, y en opinión de los auditores, la situación financiera del CENEVAL es envidiable. Si sustituyen a Malo ¿qué motivo dará la asamblea? El Consejo Directivo ya se ha adelantado: está muy mal que los resultados del CENEVAL se hagan públicos, y que las acciones de Malo como director del CENEVAL no se coordinan bien con los proyectos de secretario Tamez. ¡A freír espárragos con la Ley de Transparencia!, pero ¿qué tiene que ver o quiere tener que ver la SEP en el CENEVAL?La solución al problema educativo no está en ocultarle a la sociedad la gravedad del problema. Parecería que la SEP actual quisiera ocultar los resultados obtenidos durante su gestión. La única solución es elevar la calidad de la educación, tarea que la SEP no hace y que los datos recabados por el CENEVAL lo ponen en evidencia.La posible solución dependería de varios factores: por lo menos, genuino interés en el proceso educativo, formación de buenos profesores para todos los niveles —nuestra mayor debilidad—, una inversión mucho mayor a la que hoy se hace, y una correcta administración de los fondos. ¡Hombre, no es para tanto!, se diría quizá en algunos niveles de gobierno, pero si no se hace eso, el sistema educativo seguirá haciendo como que educa. Es posible que el CENEVAL actual resulte incómodo por dar a conocer los malos resultados que empeoraron en el último cuatrienio. La SEP foxista está en articulo mortis. Además, el CENEVAL encontró sin buscar que las instituciones privadas son tan malas como las públicas. Está mal que estén mal, pero que se haga público es intolerable. Esto, aunado al informe de que la UNAM es la única universidad del país entre las cien mejores del mundo, pone en peligro el negocio.

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